La educación enfrenta a grandes retos y desafíos relativos al aspecto
financiero, su estructura, recursos y en
el área científica, que afectan la calidad de la enseñanza, la investigación y
la extensión como quehaceres propios de una educación en general.
Para
poder responder a estos desafíos, así como contribuir con el desarrollo
cultural, económico, los recursos y la
parte social esas transformaciones van desde:
La urgente
necesidad de cambios en las metodologías y actitudes
propias de las sociedades más avanzadas, un cambio de actitud, de dictador en
dador de clases, promover la construcción del conocimiento, la investigación como una tarea diaria. Porque
la educación es un proceso, de construcción de un hombre y una sociedad a
través de conocimientos, valores y acciones en búsqueda de una estructura moral
y de un mundo más humano, más justo y más responsable.
Un
cambio importante en la Universidad ya no gradúa, sino que inicia a
sus egresados en el proceso permanente de aprendizaje punto que hay que
considerar como reflexión docente.
Es preocupante saber que hoy en la universidad sólo se
habla de la teoría, la fotografía de las aulas universitarias, sigue siendo la
misma que hace un siglo atrás. Paralelo a este escenario, aparece la web social y las herramientas 2.0,
y junto a ellas una filosofía generosa del compartir, colaborar, trabajar en
equipo, participar, entre otras; todo un reto para la educación superior.
Permanecen en las
Universidades todavía grandes debilidades que no han sido corregidas y que han
venido afectando su funcionalidad, responsabilidad, propio de una ausencia de
dirigentes, autoridades, comprometidas con el academicismo, excelencia,
calidad, gestión de servicio de acuerdo a los requerimientos que el presente,
además de inoperantes sistemas administrativos, académicos, pensum de estudios
no actualizados, docentes, corrupción, grupos de poder, por citar algunos.
El sistema de educación superior debe ser suficientemente flexible para
hacerle frente a los retos de un mercado de trabajo.
Las instituciones de educación superior requieren transformación en los
valores éticos y morales en la sociedad, procurando despertar un espíritu
cívico activo y participativo entre los actores.
Deben existir relaciones constructivas entre Estado y Universidad, como
requisito para el proceso de transformación de la educación superior, estas
relaciones se fundamentan en el respeto a la libertad académica y a la
autonomía institucional
La
universidad debe ser un lugar donde se imparta una formación de alta calidad,
que prepare a los estudiantes para desenvolverse de manera eficiente y efectiva
en una amplia gama de funciones y actividades cívicas y profesionales.
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